Ya falta poco para amacecer

En un primer espacio de libertad, se permitió que en la cercanía de nuestros domicilios, en pequeños tramos horarios, se pudiese realizar  actividad física al aire libre y nos consta que lo utilizasteis para no perder la forma.

Posteriormente, ya hubo opción a salir a la montaña, eso sí a través de empresas de turismo activo en grupos de hasta quince personas, y nos consta que hubo grupos de socios “vetustos” que utilizaron estos servicios.

Ya durante el verano, las restricciones se relajaron lo suficiente como para permitir el regreso a la montaña. A título particular, los socios “vetustos” hicieron montaña con esa responsabilidad que nos caracteriza. Esa misma responsabilidad, es la que pesó para que desde el club se optase por no organizar actividades colectivas en ese momento.

Ya pasado el verano, los cierres perimetrales municipales crearon un escenario nuevo e inédito. Dentro del perímetro, se permitía el deporte físico al aire libre, bien es cierto que en grupos limitados numéricamente. Redescubrimos las posibilidades que nos otorgaban nuestros concejos de residencia y los “vetustos” pateamos las sendas de nuestros montes más cercanos. Pero también se abrió una posibilidad nueva, las normativas que dictaban los sucesivos cierres perimetrales municipales, brindaban una excepción para la práctica del deporte federado. Este nuevo escenario de libertad propició que en el último trimestre de 2020 se tramitaran licencias federativas trimestrales, en una cuantía sin precedentes en años anteriores. Era el anuncio de lo que iba a pasar en 2021, un aumento espectacular del montañismo federado.

En esta nueva realidad, se han abierto nuevos ejes de trabajo para los clubes de montaña:

- Integrar en los clubes a los recién llegados a la montaña y socializarlos en los valores que compartimos la comunidad montañera: responsabilidad, igualdad, compañerismo, respeto a la población local, preservación de la naturaleza, solidaridad y superación personal, entre otros más que se podrían citar.

- Favorecer que una vez que haya pasado las restricciones, los nuevos federados no abandonen el deporte en contacto con la naturaleza.

- Hacer entender que antes y después de la pandemia, por seguridad y disfrute, lo deseable es que todo montañero en activo esté federado.

- A marchas forzadas hemos tenido que crear canales de relación telemática entre clubes y socios: tramitación de alta de socios o de licencias federativas telemáticamente, reuniones a través de videoconferencias, formación on-line. A buen seguro, que estos cambios se quedarán, evolucionarán y convivirán con las formas tradicionales de relación.

En definitiva, ha pasado ya un año y como no podía ser de otra forma, trasladamos el deseo de que pronto podamos recuperar plenamente nuestras actividades deportivas y sociales de la forma que más nos gusta, compartiendo nuestra pasión: LA MONTAÑA.